¿Qué tienen en común Carlomagno, Julio César y Tywin Lannister?
Si no se te ocurre nada, piensa en esto: ¿qué conseguían con sus hazañas?
¿Sigues sin nada?
Te lo digo.
Conseguían justo lo que se proponían.
Y si no lo conseguían, cambiaban su estrategia para lograrlo.
Porque todos tenían una estrategia.
Todos tenían un plan de acción.
Pensaban en sus objetivos, sabían lo que tenían que hacer en cada momento y nunca perdían su norte.
Buena opción, esa de crearse un plan de acción, ¿verdad?
Hoy vamos a ver cómo aplicarlo a tu negocio para que, como hacían ellos con sus conquistas y batallas, tu negocio no pierda el norte y tus objetivos se mantengan en el camino, a tu vista, para llegar a ellos.
Y para que, si se te escapa algo, sepas redirigirte en tu día a día.
Índice de Contenidos
1. Por qué y para qué crear un plan de acción
Las estrategias militares siempre han tenido un objetivo claro.
Pocos ejércitos (por no decir ninguno) se ponían a derribar muros o a atacar enemigos si no tenían una meta que alcanzar, si no tenían una razón de ser.
Conquistar esa ciudad, ganar esos territorios, abanderar aquel reino… Todo estaba medido en el ejército. Iban a una meta, con un mismo plan, con unos mismos objetivos.
Esto nos lleva a un puerto útil: de poco o nada sirve liarse a hacer tareas sin ton ni son y andar apagando fuegos diarios por el simple hecho de que «hay que hacer cosas».
Emprendiste porque querías vivir mejor, ¿no? No para andar todo el día haciendo cosas sin foco.
# Plantear objetivos: ¿qué quieres hacer?
Enfocar tus objetivos es lo primerito que tienes que hacer para dirigir tus esfuerzos hacia aquello que de verdad quieres conseguir: resultados.
Además, te ayudará a no desperdigarte cuando los imprevistos te asalten. Porque los imprevistos asaltan, y eso sí que es inevitable.
- Si no sabes adónde vas… ¿Cómo sabes lo que quieres conseguir?
- Si no sabes adónde vas… ¿Cómo sabes cuándo has llegado?
- Si no sabes adónde vas… ¿Qué resultados esperas?
Querer saber hacia dónde vas es el mejor motivo para crear un plan de acción.
2. Lo que pasa cuando vas como pollo sin cabeza y sin estrategia
Carecer de un plan de acción de empresa equivale a:
- Perder el foco con facilidad.
- Hacer muchas cosas y sentir que no avanzas.
- Levantarte por la mañana sin una meta que te motive.
- Ir a salto de mata resolviendo imprevistos del momento.
- Robarte a ti mismo tiempo de tu vida personal para el trabajo.
- Descubrir que ha pasado X tiempo y que sigues donde estabas al empezar.
Tener un plan de acción es importante, también, para que tu vida tenga un poco más de orden, cierto sentido e intención.
Cuando Robert Louis Stevenson escribió La isla del tesoro, tenía un mapa creado por su hijastro de 12 años. A partir del mapa, nació la historia.
Y, como era de esperar, es un mapa del tesoro el que lleva al protagonista a embarcarse en busca de la isla. Jim Hawkins sabía que había un tesoro. Y tenía el mapa.
¿Qué le impedía ir a por él?
Nada.
Así que emprendió el viaje, dispuesto a todo para llegar a su objetivo.
# Blanco y en botella
El plan de acción plasma delante de ti el camino que te queda por recorrer para llegar adonde quieres llegar.
¿Es un tesoro? ¿Es un estilo de vida? ¿Son tus objetivos?
La respuesta: es lo que tú quieras que sea.
[Tweet «Tu plan de acción marca el camino a los objetivos que tú quieras llegar, y a lo que tú quieras que sea #emprender»]
Convéncete ya: sin él, no hay foco.
Y sin foco, no hay resultados, ni rentabilidad, ni negocio sostenible que se precie.
Si tienes un negocio propio y quieres crecer con él, querido emprendedor, tu prioridad es saber cuáles son tus objetivos tanto a largo, como a medio, como a corto plazo.
Olvídate de ir como pollo sin cabeza por la vida de tu negocio y toma las riendas de lo que has creado.
Para eso es tuyo, ¿no? 😉
3. ¿Cuál es el plan de 3 pasos?
Vamos, que te lo cuento.
#1 Analizar
Cuando hablamos de analizar, se me viene una sola palabra a la cabeza: medir.
- ¿En qué punto estás?
- ¿De qué situación partes?
- ¿Qué es lo que no funciona y por qué?
Es como si fueras el propio «médico» de tu negocio, y le hicieras un examen para detectar qué está fallando y qué es lo que necesitas mejorar.
Y para eso, nada hay como medir.
[Tweet «Analizar tu negocio es el primer paso para diagnosticar en qué puedes mejorar y hacia dónde necesitas dirigirte #emprender»]
Medir tus tiempos, medir tus ganancias, medir tu mercado.
Medir tu calidad de vida y medir lo que tu negocio contribuye a ella.
Mide y obtén datos. Cuantos más indicadores clave consigas, mejor.
#2 Visualizar
Este paso es clave.
Visualizar equivale a fijarte los objetivos.
- ¿Adónde quieres llegar?
- ¿Qué quieres conseguir?
Objetivos, objetivos y objetivos.
Ojo: te recomiendo que te plantees los famosos objetivos SMART: specific, mesurable, attainable, realistic, time. En español: específicos, medibles, alcanzables, realistas y temporales.
Si te pasas de optimista, de poco te va a servir ir a por ellos y ver que no llegas porque son imposibles.
Para esto, te recomiendo que tengas muy cuenta en qué fase está tu negocio, porque dependiendo de ello los objetivos pueden cambiar.
Usa la sensatez y la honestidad contigo mismo y tus objetivos lo agradecerán.. Y tú mismo, también. 😉
#3 Planificar
Después del paso anterior, planificar será la clave del avance certero de tu negocio a través de tu plan de acción.
Ya sabes en qué fallas, sabes adónde quieres llegar y cuáles son tus objetivos.
Ahora tienes que rebobinar y desglosar ese camino que lleva a tus objetivos en acciones más pequeñas para ir completándolas.
A estas acciones las denominaremos tareas, y responden a una cuestión clave:
- ¿Cómo conseguir mis objetivos de la mejor manera posible?
Las tareas permiten bajar tus objetivos «a tierra», y son cada uno de los pasos que te dirigen al puerto que quieres llegar.
[Tweet «Planifica tras analizar tu negocio y visualizar tus objetivos. Estarás creando el mapa para bajarlos a tierra y llegar a buen puerto. #emprender»]
Así de simple.
Un apunte: no todas las tareas son igual de importantes.
Podríamos clasificarlas en la siguiente matriz de prioridades:
Organiza tu calendario de forma que planificar tus tareas sea lo prioritario y resolver los imprevistos, solamente lo inevitable.
#4 Ejecutar
Te he dicho que el plan era de 3 pasos.
Y era una verdad a medias, porque los 3 pasos anteriores a este son la estructura del plan de acción, y falta un último empujón, también muy importante.
Ejecutar el plan de acción establecido marca la diferencia entre un negocio que triunfa y un negocio que solamente se lo propone.
¿Cómo ejecutar?
La técnica de Time Blocking es bestial para la gestión diaria y semanal del tiempo, las prioridades y las tareas.
Dado que tus tareas cumplen los pasos de tu mapa, ir cumpliendo cada una de las tareas planteadas te llevará a conseguir tus objetivos.
Esta parte requiere de esfuerzo y gestión de energía por tu parte, pero sin duda es la definitiva para que el plan de acción de tu empresa o negocio florezca.
Este paso responde a:
- ¿Cuándo y dónde hacerlo?
Cuentas con un buen número de herramientas que te serán súper útiles para mejorar tu rendimiento y productividad.
Empieza con ellas en cuanto tengas tu plan esbozado. ¡Y ahora sí, a rodar!
4. Conclusión
Crear un plan de acción para tu negocio no se trata de un capricho ni de un chiste.
Como ya habrás visto, tiene su peso.
Nosotros lo sabemos, porque vivimos en nuestras carnes eso de hacer muchas cosas, no dar abasto con todo y, para colmo, no avanzar todo lo que queríamos en nuestro negocio.
Si a ti te sucede, quizá te sirva también la solución que nosotros le pusimos.
Y tú, ¿cuentas con un plan de acción?
¿Qué es lo que más te cuesta a la hora de ejecutarlo?
Te leo en los comentarios. 😉
Hola Isa,
Comparto plenamente lo que dices a lo largo del artículo, la combinación de la matriz de Eisenhower + Time Blocking es sencillamente brutal.
Esta combinación me ha permitido centrarme en lo que realmente importa y dedicarle el espacio de tiempo que realmente merece (en mi caso a primera hora del día)
Solo agregaría una cosa en la parte de planificar: Los hábitos y sistemas que necesitamos desarrollar para lograr nuestros objetivos, ya que no podemos depender de nuestro estado de ánimo/motivación para hacer lo que debemos hacer día a día para cumplir con nuestras metas.
Saludos 😉
Hola, Pablo.
Me alegra que lo compartas, ahora, ¡a aplicarlo! 🙂
Realmente, en el cuarto paso, ejecutar, es donde aplicas esos hábitos, que, como bien dices, son la guinda del pastel para que la motivación se siga alimentando y haga buena pareja con la productividad.
Un abrazo 😉
Genial Isa,
Nosotros también usamos el time blocking, Google Calendar nos da la vida, pero es verdad lo que comentas en el link sobre ello … ¡esto ya lo usábamos en el colegio! y hasta que no te planteas ser productivo en tu vida laboral y profesional es curioso que no te das cuenta de las herramientas que ya tenías implementadas en la carpeta del cole.
El tema de la matriz una pasada, leí algo parecido en «La semana laboral» de Tim Ferris y te digo lo mismo que antes, a veces cuanto más obvio y más delante del morro lo tenemos más cabezazos nos pegamos contra la pared, hasta que vienen y te lo cuentan.
AH! Me apunto lo de los multiples usuarios de Google Chrome 😉 en https://masymejor.com/herramientas-online-para-ser-mas-productivo/
Muchísimas gracias por los aportes.
Un abrazo,
Iago
Muchísimas gracias por tu comentario, Iago. Es verdad que hay cosas que hemos asumido en la infancia que, al crecer, olvidamos y siguen siendo utilísimas hasta en el mundo de los negocios, como es el caso del que hablamos. A veces, cuanto más obvia es la realidad, menos vemos esa obviedad 🙂 ¡Un fuerte abrazo!