“¿Qué quieres ser de mayor?” A todos nos han preguntado de niños esto más de una vez. Pero lo que de niños queremos ser de mayores no siempre se corresponde con lo que de mayores nos gusta, nos motiva y nos inspira.
Sin embargo, vencer las creencias limitantes, tener confianza en uno mismo y decidir luchar por tus sueños no siempre es fácil. Aunque con pasión, esfuerzo y buenos hábitos, podemos conseguir todo lo que nos propongamos.
Para hablar de la importancia de perseverar, superar barreras y no rendirse, nos acompaña Pablo Pérez-Manglano, un fisioterapeuta de formación que decidió cerrar su clínica y atreverse a emprender junto a un amigo y crear una startup de free tours en países en vías de desarrollo.
Hoy va a compartir en Más y Mejor su historia: una historia de superación, constancia y confianza en uno mismo. Un ejemplo del espíritu emprendedor.
¡Adelante Pablo!
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Siempre que te propones dar un giro a tu vida porque crees que tienes que perseguir un sueño, suele ser el momento en el que todo el mundo se te tira encima. Sueles oír las típicas frases de “¿tú estás loco?” o “¿alguna vez vas a encauzar tu vida?”.
La verdad es que no es una sensación muy agradable, pues piensas que te estás equivocando y te sientes solo. A mí ya me ha pasado unas cuantas veces…
Sobre todo, porque en este país parece que el único modo de vida al que se puede aspirar es: estudiar, trabajar, casarse, tener hijos, vivir en piloto automático y morir.
El problema es que hay personas que no queremos seguir el orden propuesto, sino que queremos hacer algo diferente y soñar…
Que de momento sigue siendo gratis, ¿no? 🙂
Al final, lo importante es demostrar que sí que podías hacerlo, y al tiempo será esa misma gente que al principio te criticó la que te reconocerá que tienes un par de….
Yo mismo lo he vivido. Y por eso, quiero compartir hoy contigo la experiencia de mi vida, en la que he dado varios tumbos hasta conseguir mi sueño profesional, que no era otro que emprender una comunidad internacional de free tours, llamada GuruWalk.
Live with passion, ¡que la vida son dos días!
Mis primeros años: no todo el mundo estudia en lo que acaba trabajando
De hecho, mucha gente, estudia y acaba trabajando de otra cosa diferente, pero es que…
[Tweet «¿A qué quién se le ocurre poner a decidir a niños de 18 años su futuro? #emprender»]
Pasa lo que pasa: que te equivocas o con el paso de los años empiezas a tener inquietudes en otras áreas. En mi caso, ha sido pasar del cielo a la tierra. 🙂
Yo soy fisioterapeuta. Siempre me había atraído el tema de la sanidad, y como no pude ser médico (esa nota no había dios que la sacara), decidí que estudiaría Fisioterapia. Fueron buenos años, porque la carrera me gustó bastante, pero unos años más tarde tuve uno de mis puntos de inflexión. Todo comenzó cuando decidí estudiar un Máster de Osteopatía (ya sabes, es lo que toca después de la universidad según el esquema ortodoxo…).
En el Máster empecé a darme cuenta de que la gente me contaba que había estado toda la semana estudiando y viendo vídeos de este y otro osteópata, de este u otro naturópata y cosas similares.
Y yo pensaba: “Pues yo me he tirado todo el día viendo vídeos de emprendedores o cosas similares a cómo crear tu negocio online”.
Aún así, seguí estudiando y trabajando en la fisioterapia, porque era lo que yo había estudiado y supuestamente solo podía saber de eso; o eso pensaba en ese momento.
En aquella época, trabajaba con el peor jefe que he tenido hasta el momento: un tío que me pagaba a 3 meses vista y encima me miraba por encima del hombro.
Claro, era mi primer trabajo de fisio y yo estaba ahí aguantando como podía. Creo que esto es lo que me llevó a decidir que yo no quería tener un jefe. Lección aprendida 😉
Y contra todo pronóstico, encontré la oportunidad de crear una clínica de fisioterapia: mi primer proyecto emprendedor y la primera vez que escuché lo de, “¿pero tú estás loco? Si no tienes un duro, ni clientes… Anda, céntrate”.
Cómo monté mi primera clínica de fisioterapia y pasé de 0 pacientes a 300 en menos de 3 años
La verdad es que estuve bastante tiempo pensando que me había equivocado, porque al principio las cosas siempre van mal o regular. Sin embargo, hay que tener fuerza, seguir hacia delante e intentar evitar dispersarte con esos comentarios.
De modo que tenía que conseguir clientes; eso lo primero. Y lo segundo sería aumentar los servicios que me dieran una mayor rentabilidad.
La clínica era un alquiler compartido, así que para pagar lo mínimo posible encontré dos compañeras o “socias”, y de esta forma pude compartir gastos (porque compartir es vivir, amigos). 😉
Así reduje un alquiler de 600 € al mes a 200 €, y encima encontré dos chicas con un perfil muy diferente al mío, por lo que podíamos ir rotando nuestros pacientes.
La fisioterapia es un sector que parece que no está utilizando internet; es una de las pocas disciplinas que no utiliza el marketing para atraer clientes y, claro, ahí que me puse yo a investigar todo esto.
Pasaba horas y horas aprendiendo cómo atraer clientes por internet, me apunté algunas redes sociales de sanidad (que por cierto me siguen enviando clientes) e hice algunas campañas en Facebook. Pero sobre todo empecé a hacer contactos con determinados negocios que me interesaban. Es decir, hice el famoso networking.
Y funcionó. Empecé a atraer clientes de muchísimos sitios, y de hecho al final acabé acaparando el horario de mis “compis”, porque no tenía más hueco en el mío.
La verdad es que cobrando 25 € la hora no me iba nada mal, así que el primer objetivo lo había cumplido. Luego llegó el momento de pasar a la fase dos: aumentar servicios.
El gimnasio, que no se usaba para nada, lo utilicé para montar lo que más demanda tenía en ese momento: clases de pilates y entrenamiento funcional; y cogí las horas libres de una de las salas que tenía para podología.
De esta manera, tenía mis pacientes, pero también comisionaba de los demás servicios y aumentaba mi facturación.
Como mis compañeras no querían hacerse cargo de todo esto, acabé de repente teniendo unas 4 personas a mi cargo, organizando sus horarios, poniendo los precios de los servicios, llevando campañas para atraer a los clientes… En definitiva, gestionando un equipo y una clínica.
De repente, me di cuenta de algo…
Fue pasando el tiempo y empecé a investigar cómo podía conseguir más clientes para que mi facturación siguiera creciendo.
Se fue creando en mi cabeza la idea de que hacer los tratamientos a los pacientes me gustaba, pero la gestión y el marketing que estaba llevando a cabo ¡me encantaba!
De hecho, cuando venía algún paciente era como que me costaba hacerle el tratamiento. Incluso me daba pereza… Y cuando por fin acabábamos la sesión, si no tenía a nadie me iba directo al ordenador a seguir trabajando y aprendiendo sobre marketing.
No sé cómo explicarlo… Fue como cuando te hace un clic en la cabeza y dices “esto es lo mío”. Si te ha pasado o si estás pensando “no sé si hacerlo porque igual no va bien”, te dejo una reflexión propia de mi madre que igual te inspira:
“El que la sigue, la mata” —adaptación de “el que la sigue la consigue”, pero mucho más en plan vasco (su familia es de allí y es un poco brutica)— 🙂
Lo que quiero decir es que hay que ir a por ello, porque el esfuerzo da resultado.
No digo que te lances a la piscina en plan “lo dejo todo”, pero sí dar pasos para ir consiguiendo lo que te has propuesto, más rápido o más lento, según tus posibilidades.
¡Me voy a Australia! (Y me gasto todos mis ahorros)
Con toda esta idea en la cabeza, decido que yo no voy a pasar toda la vida siendo fisioterapeuta porque no es lo mío. Esto es lo mismo que cuando conoces a alguien y ves que no sois compatibles, y al final lo dejas. Pues mi historia de amor con la fisioterapia se acabó.
Una de las cosas más importantes para mí cuando quieres llegar a emprender algo around the world es saber inglés. Es la lengua internacional y al final tanto para viajar como para llevar a cabo un emprendimiento de estas características, considero muy importante dominar el idioma.
Así que como yo era “lo peor” en inglés (vamos, que sabía decir how are you y poco más), decidí que me iba a ir una temporada a algún país de habla inglesa para no tener más narices que aprender el idioma.
Decidí que me iba a ir a Australia y solicité un visado que me permitía trabajar allí 40 horas semanales para pagarme mi estancia e ir aprendiendo inglés al más puro estilo, “por mis cojones”.
Tendrías que haber oído a mi madre: “¿No te puedes ir a Londres, como la gente normal?”. Pobrecica… 🙂
Pero lo que yo pensaba era que me iba a un país a 18.000 km de mi casa con lo cual, tendría que aprender sí o sí. Además no me podía volver si no me gustaba la experiencia (sobre todo porque el billete vale un riñón); y lo más importante, no está plagado de españoles como Londres, por ejemplo.
Cerrado por emprendimiento. Empieza mi nueva vida
Así que habiendo montado una clínica desde 0 y teniendo bastantes pacientes, decido que no es lo que quiero hacer y que me voy a ir a vivir mi experiencia a Australia.
Aprender qué es lo que “no quieres hacer” es muy importante, de hecho ahora lo utilizamos para nuestras estrategias en GuruWalk.
Por esto, decidí que iba a cerrar la clínica. Me llevaría mis clientes a una clínica de una amiga, muy cerquita de donde yo estaba, y seguiría ahorrando para irme a Australia mientras me daban el visado.
Así que, después de 3 años de duro trabajo, saber que yo no quería dedicarme a la fisioterapia tuvo más peso que todo lo demás. Fue una decisión bastante dura y que recuerdo bastante mal, ya que me costó mucho llevarla adelante.
Cuando la gente habla sobre perseguir tus sueños o llegar a realizar lo que te gusta, no se da cuenta de que esas decisiones suelen ir en contra de la lógica de las personas acostumbradas a vivir la vida de una forma que la sociedad considera “normal”.
Es difícil que gente cercana te apoye al 100% cuando tomas alguna decisión un poco loca, así que mi consejo si estás pensando en emprender es: primero tenlo muy claro, segundo prepárate para las críticas, porque llegarán y, tercero, sé fuerte para no dejar de “perseguir tus sueños”.
Te puedes equivocar y que no salga bien, claro que sí. Pero es mucho peor pensar toda tu vida: «¿y si, lo hubiera intentado?»
De fisio a limpiador, chef, y darme cuenta de que quiero crear un proyecto propio
Yo no me quería quedar con esa duda, así que para Australia que me fui con mi “jau arrr yu?” chapucero y sin apenas dinero.
Fue muy duro, todo hay que decirlo. Pero ahora puedo decir que fue una de las mejores decisiones de mi vida.
A los australianos la verdad que tengo que decir que no hay dios que les entienda, así que imagina lo bien que lo pasé al principio. 😉
Mi primera entrevista fue para ser pizzero. Sí, sí, pizzero motorizado. ¡Madre mía! No se puede hacer peor una entrevista, y aunque ahora me río mucho, en el momento me puse rojo como un tomate.
Y es que no hay peor situación que no entender qué te están diciendo. Bueno sí que la hay: no saber qué cojones te están diciendo en una entrevista de trabajo, como me pasó a mí. 😀
¿Quieres que te lo cuente? Ahí va 😉
Yo estaba allí a mitad de entrevista. Ya había entendido sus preguntas sobre cómo me llamaba, qué tal estaba, qué había estudiado y qué leches hacía yo en Australia. Todo un logro para no tener ni idea 😉
Pero, de repente, la liada parda. Me pongo en modo conversación:
Él me preguntó: jau arrr yu?
Y yo pensé… “¿Me está preguntado qué tal, en medio de la entrevista? No puede ser”. Así que le pedí que me lo repitiera.
Y él me volvió a decir: jau arrrrrr yu? Y yo muy dignamente le dije en inglés: “Pues muy bien, colega”.
El tío se me quedó mirando en plan “¿tú eres gilipollas?” y me dijo “Your age”.
No era “how are you?”, sino “how old are you?”. A lo que rojo como un tomate contesté “27 years old”. Te puedes imaginar que no. Claramente no me contrataron 🙂
Con esto quería explicar que aunque saliera mal e hiciera el ridículo, no me importó. A los dos días estaba trabajando limpiando unas oficinas. Trabajo que dejé a los 3 días, porque el dueño tenía mucha cara y me estaba timando, el jodío.
Aún así, a los días empecé a trabajar como chef en un restaurante haciendo 5 paellas con chorizo a la vez. Yo que soy valenciano, casi lloro cuando me dijeron que le tenía que poner chorizo a la paella…
A los dos meses estaba hasta las narices de salir tarde y solo hablar español con el chef, así que empecé a trabajar de cocinero en una guardería, pero esta vez con australianos y ¡flipas!, lo que aprendí y lo difícil que era para mí; pero conseguí salir de mi zona de confort.
En todos estos trabajos aprendí muchísimas cosas, como que me encanta cocinar pero nunca trabajaría como chef… ¡Están todos locos dentro de una cocina y el estrés es increíble!
Ahora en serio, todos estos trabajos me sirvieron para convencerme de mi idea de emprender, ser mi propio jefe y de hacerlo a nivel tecnológico.
Comprobar que era capaz de vivir a 18.000 km de casa, sin dominar el idioma e ir aprendiendo y pagando toda mi estancia daba lugar a que pensara que si había conseguido esto, ¿por qué no iba a ser capaz de conseguir cualquier cosa?
Al final todo se resume a proponérselo… Aunque suene muy típico, es cierto.
¡Por fin llega el trabajo de guía free tours!
Este fue el gran punto de inflexión y cambio increíble en mi experiencia. Otro clic en la cabeza de estos que tengo yo…
Estaba ya hasta las bolas de trabajar en cocina, porque, aunque me encanta cocinar, es guay hacerlo en casa, pero no para 250 personas o niños, y que la gente te grite; eso ya no mola tanto…
De ahí que empezara a buscar otros tipos de trabajo hasta que un día vi una oferta para ser guía de free walking tours, algo que en ese momento no tenía ni idea de cómo funcionaba.
Empecé a interesarme por el tema y descubrí que los free tours eran visitas guiadas por las ciudades, barrios, playas, etc., en las que en vez de cobrar un precio fijo, eran los propios clientes los que decidían el precio.
En un primer momento, me pregunté si de verdad la gente me iba a pagar o iba a ganar dinero, así que busqué a guías de free tours que ya lo estaban haciendo y les pregunté al respecto, cómo lo hacían, cuánto ganaban, el horario…
La verdad es que me lo pintaron muy bien. Sobre todo me atraía el tema de no tener jefe, organizarme mi horario y conocer gente nueva, así que llamé a unas cuantas agencias de free walking. Ellos me proporcionaban los clientes a cambio de una comisión, pero yo decidía horas y días en los que quería trabajar.
Empecé a hacer free tours por Sidney y me encantó. Ganaba bastante para pagarme todos mis gastos y, como no tenía horario fijo, podía hacer mucha vida social y hablar inglés (que era lo que realmente quería).
También el hecho de conocer el mundillo de los free tours e investigar sobre ellos, empezó a darme ideas de cómo emprender en este sector; pero aún no tenía claro lo que pasaría más tarde.
Esto debe ser el carácter emprendedor, que todo lo ves como un negocio 🙂
[Tweet «Donde otros no ven nada, un emprendedor ve una oportunidad de negocio #emprender»]
Vuelvo a España con billete de vuelta a Australia, pero sucede algo…
Antes de irme a Australia, estuve preguntando mil cosas, y en una de esas preguntas me enteré que para conseguir vuelos baratos lo mejor es comprar un billete de ida y vuelta. Efectivamente, mi billete costó 1000 € ida y vuelta, en vez de 1200 € solo por uno de ida.
Llegué en marzo y, como mi hermana estaba a punto de tener un hijo en mayo, mi vuelta me la puse para septiembre. De esta forma, podría conocer a mi “sobri” y volverme otra vez para las antípodas en octubre.
Pero de repente sucedió algo que yo no esperaba en absoluto…
Desde la multinacional de productos médicos en la que yo había comprado material para mi clínica, me llamaron para concertar un entrevista y proponerme llevar la línea de fisioterapia.
Con esa oferta en la mano y con billete de vuelta comprado a Australia en la otra, me tocaba volver a tomar decisiones y decidir qué hacer.
Pensaba que aún me quedaba mucho por hacer en Sidney, pero la idea de aprender y avanzar en un negocio tecnológico como yo quería pesaba mucho. Así que me quedé y empecé a trabajar en este proyecto, que inicialmente me pareció increíble.
Siempre dije que estaría allí hasta que dejara de aprender. Aunque pintaba bien yo me veía emprendiendo mi propio proyecto con el tiempo, así que mi objetivo era absorber toda la información en ventas y en marketing que pudiera, para luego lanzarme yo.
Estuve trabajando duro durante un año y medio en esta compañía, aprendí muchísimo sobre ventas y me introduje en el campo del marketing, pero no todo lo que reluce es canelita en rama… 🙂
Trabajaba en el proyecto de fisioterapia, pero a la vez me tenían al teléfono en plan teleoperador porque les faltaba gente. ¡Y eso que facturaban la pequeña cantidad de más de 20 kilos al año! Aún así, me lo pidieron y a mí no me importó, de modo que hice las dos cosas.
Pero iba pasando el tiempo y veía que no avanzaba, las decisiones iban a paso de tortuga, sentía que podía aportar mucho más y así, me fui quemando.
Después de trabajar mucho, ser muy proactivo, traer clientes muy importantes y dejarme la piel en ayudar a mi empresa y vender más de 50.000 € al mes (que se dice pronto), aún así no conseguía que me dieran más responsabilidad y dejé de aprender.
Yo siempre he creído que dejar de aprender en tu trabajo es como una muerte anunciada. Cuando esto sucede, llega la desmotivación y, en mi humilde opinión, ya ni el sueldo puede arreglarlo, porque tu sueldo emocional se ha quebrado.
[Tweet «Dejar de aprender en tu trabajo es una muerte anunciada #emprender»]
Así que ahí estaba yo, hasta las narices de todo y pensando qué podía hacer, cómo y, la pregunta más importante: ¿Me lanzo?
Hasta que un día en Facebook, veo un comentario de un gran amigo mío y que fue cliente de mi clínica de fisioterapia, en el que buscaba a alguien para su nuevo proyecto, y me picó la curiosidad de saber qué tenía entre manos.
Él es un emprendedor nato. De hecho, cuando venía a mi clínica, le freía a preguntas porque me encantaba que me hablara de todos sus proyectos.
Y como la vida da muchas vueltas, pasó de ser un paciente a convertirse en mi socio, tócate los mariloles 😀
Puedes leer sobre sus 10 proyectos emprendedores, 3 éxitos y 7 fracasos y lo que aprendió de ellos en este artículo, que es una bomba.
La Oportunidad llamada GuruWalk
Así que quedé con él para una entrevista y fue cuando me contó que su idea era crear una comunidad internacional de free tours.
¿Cómorrrr?
Mi cara de flipado fue increíble…
Recordé mi curro de guía en Australia, cómo la gente buscaba en Google agencias de free tours que ni siquiera conocían, el flujo de clientes que tenía, lo bien que me lo pasaba con ellos y la pasta que ganaba como guía.
Y encima, me contó que su objetivo era estar en países en vías de desarrollo con potencial turístico, para que los lugareños pudiera sacarse un dinero extra como guías, lo que acabó de tocar mi vena social y querer entrar en el proyecto al 100%.
A los dos días volví a hablar con Juan por teléfono y me dijo:
¡Pablo, eres la persona peor formada en marketing que ha venido a hacer las entrevistas, pero creo que eres la persona idónea para trabajar en GuruWalk, por tu ambición y lo echado para adelante que llegas a ser!
Después de escuchar no sé cuántas veces el “¿que haces, estás loco?, pero sino tienes dinero” y todas estas cosas que se dicen cuando haces alguna locura, por fin alguien me decía que eso era lo que le gustaba de mí.
Si es que los “locos” nos acabamos juntando siempre, igual que en esta comunidad de Más y Mejor, la cual me parece increíble. 🙂
Así que me planté en la empresa y les dije que gracias por todo, pero que me iba a una startup que solo llevaba dos meses desde que empezó.
La cara de la gente era un poema, pero mi satisfacción era tan grande que me daba igual lo que pensaran o dejaran de pensar. De hecho, hubo algún director que otro que me dijo que me iba a estampar, que me estaba equivocando… No me importó, porque sinceramente creo que uno tiene que hacer lo que tiene que hacer y esta era mi oportunidad.
Esta decisión que tomé en contra de mi experiencia ya no trajo los comentarios de siempre, sino que de repente mucha gente me decía que lo tenía que hacer, que yo estaba hecho para esto… Y es que creo que uno se hace a sí mismo y las personas lo acaban viendo.
Aunque es muy complicado, porque dudas, te preguntas si estarás tarao… Pero hay que mirar hacia adelante y vencer las creencias limitantes.
Las idas y venidas de un nuevo proyecto
Así que, en dos semanas desde la entrevista, ya estaba en GuruWalk trabajando y sin preocuparme por haber dejado mi carrera, lo que yo había estudiado y una empresa multinacional por una startup de apenas dos meses de creación.
Como en cualquier proyecto de emprendimiento, lo viví como una montaña rusa en la que pasaba de la felicidad a la más profunda depresión en menos de 30 segundos. Si eres emprendedor, sabes a qué me refiero. 😀
Después de todo, con menos sueldo y currando más horas que en el anterior trabajo (esta vez porque quiero, nadie me lo impone), te puedo decir que es una de las mejores decisiones de mi vida.
En una frase:
Me hace sentir vivo y motivado; y cada día es diferente, con nuevos retos.
Pues sí, en GuruWalk estamos a puntito de cumplir año y ya estamos en más de 100 ciudades en el mundo y más de 500 free tours en la plataforma.
Al final mi madre tiene razón y quién la sigue la mata, ¿no? 🙂
Cuando escribí al equipo de Más y Mejor y les propuse publicar este post, lo hice con la intención de transmitirte un mensaje claro:
No te rindas.
Ni creas que para ayudar a otras personas necesitas un título.
Solo tienes que ver cómo grandes cracks del emprendimiento no tienen carrera, ni máster, ni nada… Simplemente lo consiguieron por persistir, por ser geniales y creativos y por trabajar cada día como si fuera su último día de en el mundo.
Así que si tienes un proyecto, espero haberte motivado con mi historia. Ya ves que después de tantos tumbos por fin he conseguido hacer lo que me gusta. 🙂
No sé si llegaremos a “petarlo”, como se dice en este mundillo, pero lo que sí sé es que al menos lo habremos intentado. Y esa experiencia tiene un valor incalculable.
Ahora me gustaría conocer tu historia. ¿Cuál fue el clic que te hizo emprender? ¿Te has sentido solo en algún momento cuando decidiste emprender? ¡Te espero en los comentarios!
Un post súper motivador. La verdad creo que es la lectura que necesitaba en estos momentos.
Un saludo!
Hola Ela 🙂
Gracias por tu comentario y me alegro de que te haya servido 🙂
Interesante e inspiradora la historia. Lo que todo emprendedor necesita para no desfallecer en su aventura. Creo que a todos nos pasa en algún momento que nos desanimamos y nos cuestionamos cosas, pero este tipo de lecturas nos hace entender que no estamos solos y que todos tenemos nuestros altibajos. En fin, una necesaria inyección de ánimo y motivación para seguir adelante. Se vale descansar, más nunca abandonar la lucha. Nuestros sueños son más grandes que cualquier excusa. Gracias Pablo, Isa y Juanmi por compartir estos valiosos testimonios. Un abrazo.
Saludos desde Costa Rica,
Ricardo
Hola Ricardo! 🙂
Así es a todos nos pasa la vida del emprendedor es como una montaña rusa, pero es importante saber que hay más gente como tu 🙂
Gracias por tu comentario y me alegro muchísimo que te haya inspirado 🙂
Abrazos!
Fantastico!!!!… Me encanto!!!!
Graciaas Lorena 🙂
Hola,yo tambien soy fisioterapeuta pero amante del emprendimiento, tu post fue muy lindo,me levanto los animis,senti que eras ese equilibrio de la montaña rusa.yo tambien voy a Australia ,desde hace unos meses lo tengo planeado y ya esra por amoldarse todo para ese gran desafio.besos y bendiciones y recuerda que lo que no te hace debil te hace muy fuerte!!!
Hola Denisse!
Me alegro un montón que te motivara y que vayas a Australia, para mí fue una de las mejores experiencias de mi vida y la verdad que me sirvió en muchísimos aspectos 🙂
woow, sin palabras !! que motivador.
un abrazo…
Muchas gracias Juan 🙂
Ens pensem que hem de seguir unes rutines marcades, uns esquemes que si surts, …uii! Aquella coseta que ens bloqueja i no ens deixa veure mės enllà de la zona de confort. Sort que hi ha ments o estímuls interns que per dins ens diuen, epp!! Algo falla, no som feliços, i comença a desenvolupar-se un moviment interior que és allò que realment vols ser o aspires. Et felicito!! Un gran ejemple!!! Una gran abraçada!!
Muchas gracias por tu comentario, M. Teresa. Un abrazo!!
Hola Teresa!
Muchas gracias por tu comentario y toda la razón así fue 🙂
Abrazos!
Me encanta el tema de free tours!!! Muy interesante todo lo explicado por Pablo! Gracias por esta dosis de motivación. Yo sigo buscando…con esperanza de poder, algún día, emprender!
Hola Maria Jose! jaja muchas gracias 🙂
Si te gustan ya sabes en GuruWalk te esperamos para tu próximo viaje 😉
Si tienes alguna idea o proyecto no esperes,, emprender es lanzarse también dentro de las posibilidades de cada uno pero hay que intentarlo 🙂
Abrazos desde Valencia!!
Esa si es una historia de vida! Motivadora, con altibajos, alegrías y penas, tal y como es la vida. Muchísimas gracias por compartirla y sin duda me deja pensando sobre el actuar, el siguiente paso de la idea. Gracias infinitas!! Bendiciones 🙂
Que buena historia! Me identifico mucho, soy fisioterapeuta también pero cuando estaba haciendo las prácticas necesarias para graduarme, me di cuenta que no me apasionaba atender pacientes, sumado a que conocí el marketing digital y los negocios online. En este momento estoy buscando que oportunidades existen para unir los negocios online con la fisioterapia y como a través de las TICS, se pueden generar valor al mundo de la terapia física. Un saludo y si alguien tiene en mente un proyecto seria bonito hacer una comunidad de fisioterapeutas apasionados por los negocios online o que no les gusta la clínica…Dejo mi correo por si alguien desea interactuar: juanpespinal186@gmail.com
Un saludo