Hace tiempo me costaba mucho tomar decisiones. Perdía un montón de tiempo formándome, investigando todas las opciones posibles y aun así sentía que no tenía toda la información necesaria para decidir correctamente, para tomar acción.
Esto se llama parálisis por análisis.
Y la excusa perfecta para la parálisis por análisis es el perfeccionismo. A ver si te suenan estas frases:
No, yo es que soy muy perfeccionista y me gusta hacer las cosas bien, por eso suelo tardar en hacerlas.
Soy muy perfeccionista y me cuesta delegar porque creo que nadie hace las cosas con la misma calidad que yo.
Es la típica frase que has dicho en las entrevistas de trabajo para definir tus «defectos» o cuando algún plazo se te echa encima. El perfeccionismo es el típico defecto que no nos importa decir, ¿verdad?
Ser algo perfeccionista está bien y te ayuda a entregar el máximo en cada cosa que hagas. Pero ser extremadamente perfeccionista solo te llevará a un sitio: a no empezar o a no terminar nunca nada.
Y esta páralisis por acción, a veces oculta como perfeccionismo, al final [thrive_highlight highlight='#009692′ text='light'] denota cierta falta de confianza en nosotros y en nuestro negocio por miedo a fallar y a no estar a la altura.[/thrive_highlight]
Ese miedo nos bloquea, nos hace perder el tiempo y evita que avancemos. El resultado de esta terrible combinación es que, en muchas ocasiones, acabaremos por tirar la toalla por nuestra propia culpa.
Yo misma me he visto en esta situación en muchas ocasiones y aun hoy en día todavía caigo a veces en este error cuando tengo que tomar decisiones medianamente importantes.
Aprender a salir de esto es un proceso que lleva tiempo porque tenemos estos pensamientos muy arraigados dentro de nosotros. Dentro de nuestras propias creencias limitantes con las que nos educan.
Ahora me considero una persona que toma decisiones bastante rápido. No me gusta perder mucho tiempo en analizar hasta el infinido, solo lo justo y necesario. Así me aseguro avanzar siempre y sobre todo, probar y fallar mucho.
En este artículo voy a intentar ayudarte a dejar de malgastar tu tiempo y aprender a dar pasos y tomar decisiones cada día. Te enseñaré por qué siempre es mejor equivocarse, avanzar y rectificar que estancarse.
Índice de Contenidos
1. La paradoja de la elección y el problema de las alternativas
Es curioso, vivimos en un mundo en el que cuanta más libertad tenemos, más infelices somos. ¿Por qué?
Porque la libertad va asociada a la posibilidad de elegir por nosotros mismos. Y esto pasa por tener muchas opciones disponibles. Tantas, que tomar decisiones se acaba convirtiendo en una pesadilla 🙂
Piensa en el clásico momento en el que tú y tus amigos estáis planeando a dónde salir a cenar esta noche. Si vives en un pueblo y solo hay dos o tres restaurante, no tendrás mucho donde elegir y la decisión será fácil. Pero, si vives en una gran ciudad con cientos de restaurantes, la decisión se tomará tras varias horas de mensajes en un grupo de Whatsapp. Me juego la mano a que te ha pasado 😉
Te podría poner miles de ejemplos: desde cosas simples como que ropa ponerte o que plato elegir en un restaurante cuando la carta es enorme hasta decidir que plugin de compartición usar en tu blog, que cámara de fotos o de vídeo comprar o donde irte de viaje.
A mayor número de opciones, mayor es la dificultad de elegir una. Y no solo eso, sino que mayor será tu infelicidad cuando tomes una de estas decisiones porque habrás «dejado ir» otras muchas opciones y nunca sabrás cual era «la mejor».
Todo esto viene del famoso libro de Barry Schwartz llamado The paradox of choice. Te dejo aquí la charla TED de Barry sobre el tema porque es super interesante.
Entonces, ¿por qué es tan «mala» la libertad y la cantidad de opciones para nuestra toma de decisiones? Por los siguientes motivos:
- Parálisis total: ante muchas opciones directamente no sabes qué respuesta dar. Dedicarás horas, días o semanas a ver las diferentes alternativas incapaz de decidir cuál es la mejor o la ideal en la que invertir tu tiempo o dinero.
- Menor satisfacción: el coste de oportunidad de cada decisión se hace mayor cuantas más alternativas tienes. Siempre habrá otras opciones que dejes por el caminó y te preguntarás «¿acerté o debí elegir otra opción?» incluso aunque creas que es la correcta.
- Mayores expectativas: si hay tantas opciones, será porque una de ellas está adaptada al 100% a mi problema… ¿no? Eso es lo que pensamos, pero casi nunca es así y eso nos decepciona.
Puedes pensar que todo esto es una exageración, pero voy a darte un dato: según algunos estudios un adulto toma unas 35.000 decisiones durante un día normal de su vida.
Imagina que cada día te levantas con un tanque de «combustible» para tomar decisiones. A cada decisión que tomas ese tanque se irá vaciando porque tu voluntad se va «agotando».
A partir de cierto punto del día, no podrás tomar ni una sola decisión o acabarás por elegir la peor opción en caso de decidirte. Cuanto más tiempo gastes en cada decisión menos podrás tomar y más energía te consumirán.
Muchos de los emprendedores más exitosos como Mark Zuckerberg saben esto y no pierden ni un segundo de su tiempo en tomar decisiones irrelevantes, como elegir la ropa que se van a poner.
2. Toma de Decisiones: ¿Maximizador o Satisfactor?
Según Barry Schwartz, las personas nos dividimos en dos tipos a la hora de tomar decisiones:
- Maximizadores: les gusta tomarse su tiempo y valorar muchas opciones antes de elegir. Ese tipo de personas son las que, a la hora de hacer cosas tan simples como elegir un plugin para facilitar compartir los artículos del blog, echan horas y horas leyendo artículos, viendo cuáles usan otras personas, etc.
- Satisfactores: prefieren elegir rápidamente la opción más aceptable que cumpla unos criterios mínimos.
Los maximizadores quieren siempre lo mejor mientras que los satisfactores les vale con lo suficientemente bueno.
¿Tu con cual te identificas?
Aunque pueda parecer que los maximizadores lo hacen mejor valorando más opciones y no se conforman con «cualquier cosa», ¡ojo! porque ya hemos visto que esto puede ser un arma de doble filo que te lleve a ese perfeccionismo paralizante.
De hecho, el estudio que realizó Schwartz demostró que en general, los satisfactores son más felices.
Según él: «Una de las cosas que la vida te enseña es que lo suficientemente bueno, es casi siempre lo suficientemente bueno»
3. Como tomar decisiones rápidas y sin malgastar tu energía
No puedo decirte un sistema ideal porque cada persona y cada decisión es diferente, pero si puedo contarte el proceso mental que sigo para tomar mis decisiones.
3.1. Toma una decisión rápida
Ante una elección, intento no estar horas, días o semanas buscando la alternativa perfecta. En vez de buscar muchísima información antes de decidir para elegir lo mejor, lo que hago es buscar la información justa para elegir la opción suficientemente buena.
Lo ideal es buscar y, en el momento en el que encuentras uno que cumple tus expectativas, usarlo. Hay que aprender a tomar decisiones rápidas para problemas sencillos y no perderse en ellos. ¡Nuestro tiempo es muy valioso!
Si te ayuda puedes pensar: ¿qué es lo peor que puede pasar?. Al responder a esta pregunta puede que te des cuenta de que todo tiene solución 😉
Otro truco puede ser ponerte una fecha límite y cuando llegue, tomas la decisión con lo que tengas hasta ese momento y punto.
3.2. Decide si te has equivocado o no
Tras decidir y dejar el tiempo suficiente para ver los efectos de esa decisión, simplemente tengo dos opciones: saber si he escogido bien o si me he equivocado.
Para saber si la decisión fue la correcta necesitarás, antes de tomar esa decisión, una métrica que defina lo bien o mal que lo has hecho. Sí, hay métricas para todo y te pondré dos ejemplos muy diferentes para que lo veas:
- Llevamos un tiempo buscando cámara de vide nueva. Pues aprovechando la garantía de devolución que dan todas las tiendas, hemos optado por probar una de las que nos gustaba durante unos días. ¿El sonido es lo que esperamos? ¿Y la calidad de la imagen? En este caso parecía que cumplía las expectativas pero después comprobamos que a los 15 minutos de estar grabando un vídeo, la cámara se calentaba y tenia que apagarse. Es algo que no podíamos saber hasta probarla.
- Tras instalar ese plugin, ¿cuál ha sido la media de compartidos de tus posts en las diferentes redes sociales? ¿Ha aumentado lo suficiente el tráfico? ¿Hay algo que no habías tenido y cuando lo has usando has visto que no es lo que esperabas?
Una vez hayas pasado tu decisión por esta prueba de fuego, solo hay dos posibles resultados: acertar o fallar.
Si has acertado, enhorabuena, quédate con esta decisión y sigue adelante. Y si no lo has hecho, sigue leyendo.
3.3. Aprende y toma medidas para mejorar
No siempre vas a poder “devolver” una decisión para coger otra mejor, como en el caso de la camara, pero es mejor probar y aprender que quedarte en esa eterna situación de no actuar.
No hay una forma más rápida de mejorar que fallar y aprender de tus propios errores.
[Tweet «No hay una forma más rápida de mejorar que fallar y aprender de tus propios errores.»]
Por ejemplo, podría haberme tirado días investigando sobre la mejor cámara hasta decidirme definitivamente por una, para luego darme cuenta de que hay cosas que no había tenido en cuenta como esto de que se caliente y se apague. Ya he aprendido que ese es un factor importante a tener en cuenta.
Cada vez que siento miedo a fallar o equivocarme al tomar una decisión pienso: ¿sabes qué? He fallado muchas veces y ni me he muerto ni se ha acabado el mundo. Solo hemos aprendido, hemos corregido o pivotado y listo. ¡No pasa absolutamente nada por equivocarse!
Aquí también se puede aplicar el famoso circulo de Lean Startup de:
CREAR – MEDIR – APRENDER
Cambiando CREAR por DECIDIR.
Cuando ganas confianza en ti mismo para no darle tanta importancia a los errores, te das cuenta de que eres capaz de solucionarlos y seguir avanzando con facilidad. Y al final te encontrarás más lejos de lo que pensabas.
4. Toma de Desiciones = Decide más, investiga menos
Si quieres aprender a decidir más rápido, tienes que tomar más decisiones. Al final es un hábito más.
Nos hemos dado cuenta de que es mejor cometer pequeños errores durante el camino, pero seguir avanzando, que quedarnos parados.
La clave del éxito es tomar acción masiva y avanzar un poco cada día.
[Tweet «La clave del #éxito es tomar acción masiva y avanzar un poco cada día.»]
[divider style='full']
Y ahora quiero saber más sobre tu capacidad para tomar decisiones: ¿te consideras un maximizador o un satisfactor? ¿Qué proceso utilizas para decidir entre tantas alternativas? ¿Qué decisión estás procrastinando ahora mismo?
Me viene perfecto este post! Cómo si me hubieras escuchado hace unas horas comentarle a mi marido que a veces dedico demasiado tiempo a las cosas por mi afán perfeccionista.
Ahora que soy más consciente trataré de cambiarlo. Gracias
Hola Miriam!!
Jaja si es que nos pasa a casi todos los emprendedores.
Como dependemos de nosotros mismos, queremos hacerlo todo demasiado bien, a veces a costa de mucho tiempo. Y el tiempo es lo único que no se puede recuperar así que tenemos que valorarlo más!!
Veo que vosotros también sois pareja en el amor y en los negocios, animo!
Un abrazo!
Soy una maxi y pierdo mucho tiempo en tomar decisiones. Hay decisiones que las he postergado años pero ya se acabó probaré esta forma de vivir tomando decisiones más rápidas y asumiendo el resultado de fallar o asertar. Gracias por la ayuda. 😉
Hola Isa!!!
Qué identificado me siento con este artículo.
«cuanta más libertad tenemos, más infelices somos» y cuanto más para elegir peor. Cuanta razón tienes en todo esto que dices.
Sigo a varios blogs y gente experta en productividad pero sólo con vosotros me siento identificado y encuentro solución en vuestros contenidos. Ofrecéis hechos prácticos y soluciones reales, no utopías y pura teoría que no logra entenderse.
Con vosotros veo algo de luz al final del tunel.
¡Menos análisis y más acción! A ver si aprendo,jajajaja
Gracias por vuestros contenidos
Hola Pablo!
Muchas gracias por tus palabras. La verdad que nosotros intentamos contar los problemas que vemos en el día a día de los emprendedores y las cosas que a nosotros nos funcionan. Me alegro mucho de que te sirva, nos motiva para seguir compartiendo cosas 😉
Un abrazo!
Hola,
Muy buen post, también me sentí identificado, creo que al final esto es un habito que lo tenemos tan enraizada y no nos damos cuenta del problema que ocasiona, así que a cambiar de hábitos en la toma de decisiones.
Saludos,
William
Hola William,
efectivamente, tomar decisiones rápidas es un hábito más que hay que aprender!
Un abrazo
Hola William,
efectivamente, tomar decisiones rápidas es un hábito más que hay que aprender!
Un abrazo
Hola William,
efectivamente, tomar decisiones rápidas es un hábito más que hay que aprender!
Un abrazo
Guau! Muuuy buenos consejos! Me siento súper identificada… antes me pasaba mucho ese de «parálisis por análisis», pero me quedo con la frase del post que dice «decide más, investiga menos» porque precisamente para resolver esa parálisis absurda fue ponerme en marcha y pasar a la acción. Lo comparto, un abrazo!
Hola Marta!
Creo que es algo muy común que nos pasa a los emprendedores. Al ser nuestros propios jefes y todo depender de nosotros, queremos hacerlo todo super bien y a veces nos pasamos de perfeccionistas.
Mejor avanzar siempre y ya mejoraremos por el camino!
Un abrazo 😉
Me pasa exactamente lo que comentais. Totalmente identificado.
Aunque a veces resulta difícil lanzarse a la acción con la sensación de no haber investigado «lo suficiente». Supongo que por sentirme inseguro o poco preparado. Pero una vez lanzado… ves que no es tan grave y que se aprende más con la práctica.
Muchas gracias por este artículo.
Hola Jonathan!
Me alegro que te haya gustado 😉
Efectivamente…hay que saber identificar ese bloqueo y ponerse fecha limite.
A partir de ahí, se toma decisión con lo que se tiene y después se aprende con la experiencia!
Un abrazo!
Pues la verdad es que me identifico más con el maximizador. En más de una ocasión me lo han dicho e incluso alguien me ha hecho ver las consecuencias que eso tiene en los diferentes ámbitos de tu vida.
Tras leer tu artículo y ayudándome también de muchas frases motivacionales que he ido encontrando, intento aceptar cada día que tomar una decisión y equivocarse, no es tan malo. El problema no es es equivocarse.
El problema es equivocarse y no aprender nada de tu error.