¿Te has parado a pensar alguna vez esa pregunta? Imagina que estás en tu funeral. Estas muerto. En el ataúd.
¿Quién hay a tu alrededor? ¿Quien ha venido a despedirte?
¿Que hablan? ¿Que susurran? ¿Que comentan?
Recuerdo como si fuera ayer cuando yo mismo me hice esa pregunta. Estaba en Gran Canaria. Sólo. En mi apartamento de Maspalomas. Tumbado sobre mi cama. En una de esas tardes de Viernes. Tranquilo. Y con todo el fin de semana por delante.
Sostenía 2 cosas, el libro de los 7 hábitos en mis manos y las ganas de seguir leyendo.
Aunque mi actitud era tranquila, mi mente estaba algo agitada y ansiosa. Recuerdo que me emocioné al imaginarme ese momento.
¿Que me gustaría que dijesen de mí cuando esté muerto?
Respiré hondo y me puse a pensar.
1. Fue buena persona
Creo que esto es algo en lo que casi todos pensamos. A mi no me gusta llevarme mal con nadie. Trato siempre de entablar conversaciones con la gente de forma tranquila. Expresando mis opiniones y respetando las de los demás.
No me gusta esa sensación de criticar a la gente. O de hablar mal de alguien a sus espaldas. No creo que eso haga bien a nadie. Por eso. Uno de mis objetivos es que digan que fui buena persona.
¿Quién hay en la habitación? ¿Están tus amigos del Colegio?
¿Los de la Universidad? ¿Los del Conservatorio de Música?
¿Los de la Escuela de Idiomas? ¿Los amigos del Máster? ¿Quién más hay?
Cuando tu mente se enfrenta a este tipo de «barridos temporales» te das cuenta de que a veces no has elegido bien las relaciones que querías seguir manteniendo y las que no. En ocasiones nuestras decisiones ocultan ciertos miedos e inseguridades que con el paso de los años pierden importancia. Pero al cabo del tiempo te das cuenta de que deberías haber hecho algo por mantener ese contacto.
Pues te diré que nunca es tarde. Hazlo. Llama hoy a ese amigo que hace años que no ves. Seguro que él también se acuerda de aquel momento que pasasteis juntos y le hará ilusión recordar tu voz al otro lado del teléfono.
2. Persiguió sus sueños
Cuando tenía 11 años jugaba todos los días a baloncesto, en la calle y al NBA en la Sega Dreamcast y soñaba con ir a Chicago a ver jugar a MIchael Jordan. Por aquel entonces mis padres no se podían permitir un viaje a Estados Unidos y la verdad es que yo, aunque lo pensaba con todas mis ganas, nunca me planteé la opción como algo serio. Era muy pequeño.
Con 22 años y tras pasar 4 duros exámenes hasta la entrevista final, me pre-seleccionaron entre más de 1.000 personas para irme con una beca ICEX a trabajar a una Embajada Española “en cualquier parte del mundo”. Mi sueño era irme a Chicago, pero era prácticamente imposible que me dieran esa ciudad. Había 64 destinos posibles. Podía tocarme cualquiera. Desde Tokyo hasta Nigeria ¡o Kuala Lumpur! Así que decidí no optar a la beca y seguir trabajando en donde estaba por aquel entonces, una multinacional española en la que tenía contrato indefinido.
8 años después y ya con 30, con ahorros y con posibilidad de viajar, cumplí mi sueño de vivir en Estados Unidos. Durante 6 meses. Y sí, fuimos al United Center de Chicago a ver la estatua de Michael Jordan. Fué un momento muy muy especial para mí. Me emocioné cuando estaba allí. Y aún ahora lo hago al recordarlo 🙂 ¡I love this game!
3. Fue feliz y contagió a los demás
Dicen que no hay nada más triste que los ojos de aquel que mira al pasado con alegría y al futuro con tristeza.
No quiero decir que tu pasado no merezca un pensamiento y un recuerdo. Por supuesto que sí. Los recuerdos deben estar ahí. Son bonitos. Eternos. Y es lógico y normal tenerlos y quedar con tus amigos, charlar, reír y recordar todos aquellos buenos momentos que pasaron y que ya no volverán.
¿o si? ¿Por qué no crear esos mismos momentos de nuevo?
¿qué había antes que ahora ya no hay?
Si hay algo que te hizo feliz una vez, repítelo. Si recuerdas momentos únicos que marcaron un antes y un después en tu vída. Recréalos de nuevo.
4. Inspiró a otros a luchar por sus sueños
Recuerdo como si fuera ayer las palabras de David Ruiz Uceta, cuando en 2008 nos dijo aquello de: “El poder está en el individuo”.
Aquello se me quedó grabado a fuego en mi subconsciente.
Con internet, el poder lo tienes tú. Tú y cualquiera que quiera lanzar un mensaje, que quiera ayudar a los demás, que quiera dejar un legado.
Crear vídeos en Youtube, no es sólo un hobbie, es mucho más que eso. Es poder compartir tus opiniones e intereses con cualquier persona del mundo, ¡del mundo!. A mí me parece increíble.
Cuando subimos un vídeo a Youtube, lo que más ilusión nos hace es leer los comentarios. Comentarios de gente que ha dedicado su valiosísimo tiempo a verlo, a detenerse unos minutos y dedicarnos un mensaje. O los que nos envían por email.
Los mejores son aquellos que dicen:
¡Me ha encantado el vídeo! ¡Me habéis inspirado! ¡Quiero ir a ese sitio!
¡Muchas gracias por enseñarme esto! ¡Estoy aprendiendo mucho con vosotros!
¡Me gustaría conoceros en persona! ¡Sería genial ser amigo vuestro!
En poco más de 10 meses con el blog, hemos recibido visitas desde 119 países. Desde México hasta Tanzania o Zambia, pasando por España, Estados Unidos, Argentina, Colombia, Perú, Alemania, Rusia, Chile, Tailandia, Malasia, y así hasta 119.
Ha habido mensajes de todo tipo y hemos conocido a gente encantadora que se ha unido a nuestra lista de correo y con la que incluso hemos quedado físicamente para conocernos en persona.
Un poder conlleva una gran responsabilidad. Para mí, poder ayudar a tantas personas con mi granito de arena, es algo que me hace inmensamente feliz.
5. Vivió su vida a su manera
Vivir y dejar vivir. Respetar. Aprender. Sonreir. Crecer. Ayudar.
Cosas que intentamos aplicar en nuestro día a día para seguir creciendo. A nuestra manera. De la manera que nos gusta y con la que nos sentimos felices.
No es ni mejor, ni peor que otra manera de vivir. Es la nuestra. La que nosotros hemos elegido.
Habrá gente a la que le guste y gente a la que no, no pretendemos cambiar la vida de todo el mundo, sino vivir la nuestra y contarlo para ayudar a quien quiera dejarse ayudar. A quien sienta que quiere algo parecido.
6. ¿Te acuerdas cuando decía…?
Mi abuela decía, con sus palabras:
“Cuando hables con una persona, déjala en un estado mejor que el que tenía antes de hablar contigo”
Luego descubrí esta frase de la Madre Teresa de Calcuta que viene a decir algo parecido:
“No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.”
Sentirse mejor. Más feliz. Más y Mejor 🙂
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.”
Qué buena frase.
7. Sonrisas, por favor, solo sonrisas
Si hay algo que me gustaría de verdad, es que cuando me muera, la gente me recuerde con una sonrisa. Y que no lloren 🙂 bueno, si es de felicidad sí, pero que no tengan pena.
Me siento un auténtico privilegiado. Tengo mucho más de lo que jamás pude soñar.
Hace unos días estábamos en Ao Nang, en la provincia de Krabi (Tailandia). Disfrutando de uno de esos atardeceres que le gustan tanto a Isa.
Ella y yo. Sólos en una playa. Literalmente solos. Arena blanca. Agua cristalina. Barcos de madera pintados con colores llamativos anclados en la orilla. Sentados en nuestras toallas, mirando al infinito. El sol se escondía bajo unas nubes que en aquel momento eran rojas, naranjas y amarillas al mismo tiempo. Uno de esos momentos mágicos…
Le dije a Isa:
“Somos unos privilegiados. No sé por qué pero me estoy acordando de mi abuela. Me hubiera encantado que ella pudiera haber disfrutado de momentos como este. Seguro que si me viera se emocionaria de pensar que estamos aquí. Que nos lo hemos ganado.
De alguna manera siento una felicidad enorme. Y también responsabilidad. La responsabilidad de contar a los demás lo que estoy viviendo. De compartirlo. De enseñar a otras personas lo que no han podido ver aún. De grabar sitios, personas, historias, para que otros puedan conocerlas.
De aportar mi granito de arena. De irme de este mundo habiendo contado lo que yo sentí cuando estuve en él.”
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Te recomiendo hacer este ejercicio de vez en cuando. Tiene un poder enorme para centrarte y hacerte pensar en lo que quieres de verdad. En lo que quieres conseguir, en cómo quieres ser.
Es curiosa la facilidad que tenemos de “perder el rumbo” cuando estamos inmersos en el día a día. Solo un simple momento de parar y reflexionar, de pensar en tu funeral, de pensar en la muerte y lo efímero de la vida, y se evitarían muchas discusiones, muchas quejas, muchos miedos.
Porque, ¿tu no quieres que te recuerden por discutir, por ser orgulloso o por ser cobarde, verdad?
Empieza a actuar ya como lo que realmente quieres ser.
Ruben says
Muy buena entrada, tu abuela seguro que se sentiría orgullosa 🙂
Mucha envida sana de tus proyectos online 🙂 Espero que algún día también me permitan a mi trabajar viajando.
Carmen says
Cuando esté muerta me importará poco lo que digan de mí pero sí quisiera contribuir a mejorar este mundo con los valores que propones. Me ha sorprendido mucho la naturalidad y el humor con que tratas un tema del que casi nadie habla. Enhorabuena!.
Juan says
Felicidades por el post y por la temática, realmente poco tratada.
«Persiguió sus sueños y fue feliz», sería un buen resumen de lo que me gustaría.
¡Un abrazo!